martes, 27 de octubre de 2015

Capítulo 3: Búsqueda



La continuación shego, los lectores shegaron, o-o sho shegué .o.!
La función comienza.

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Expectativa: -Xevul Lofater-

Qué pasó…? ¿Qué acabo de hacer…? ¿Por qué…? Todo iba tan bien… y de la nada lo lastimé… no puedo creer que lo haya lastimado… exploté sin más… no lo puedo entender.

Solo teníamos que hacer una tonta caminata y ya… nada más.

Recuerdo perfectamente cómo pasó todo, el, todos… burlándose, yo en el suelo, pero, había otra opción para no terminar así y… ¿…no la tomé…? Que inmaduro.

Debería estarme golpeando ahora mismo contra una pared.

Estaba sentado en una piedra, en un lugar apartado y desolado, mi sobrino y yo nos encontrábamos espalda con espalda, pensando en silencio cómo fue que en solo un instante, lo arruinaría todo, yo solo.

Zarel: Creo que te sentiste muy ofendido como para reaccionar así *dijo, al parecer tratando de quebrantar el silencio que nos envolvía*.

Aun no entendía muy bien cómo era la forma actuar de Zarel, era alguien inexpresivo y de cierta forma, eso me asustaba. Era como si escondiera perfectamente cada una de sus emociones y pues, eso tampoco me inspiraba mucha confianza. A pesar de todo, confiaba en él. Yo le expresaba cariño por el cual, el me respondía con extrema cortesía o atención. Aunque de vez en cuando, no decía claramente lo que yo quería escuchar, pero así son las cosas aquí con todo el mundo ¿no?

Xevul: Un objeto de burla se siente como un objeto de burla *dije sin pensar, por cierto, muy tonto. Eh… ¿de que estábamos hablando?*
Zarel: *hizo un sonido pensativo* no creo que auto compadecerte ahora ayude mucho *Ah, ¿en serio? Como si yo no lo supiera*
Xevul: Agh… *expresé molesto, no estaba ayudando, no, no lo hacía*
Zarel: Supongo que… *me anticipé a ablandarme por lo que pudiese decir esta vez* nuestro destino será ser enemigos con el Reino Fuego hasta el fin ¿no lo crees?
Xevul: No, no lo creo *demostré irritación leve, que suerte para él* imaginó que tendré que ir a una reunión del consejo y tendré que…

Me trabe al visualizar a Qkrenog justo en frente mío con una cara enfurecida, por un momento con evidente y obvio fuego a su alrededor, como si se tratara de ver a un demonio en mi mente, sentí de nuevo esa sensación de vómito.

Zarel: ¿Tendrás que hacer que cosa? *cerró repentinamente mis pensamientos con su voz semi-grave de adolescente, su tono me pareció algo carrasposo y anormal*
Xevul: Tendré que estar cara a cara *murmuré* con Qkrenog, *dije alzando la voz para mostrar confianza* le explicaré la absurda razón de mi ridícula escena. Probablemente así todo esto se arregle *eso espero…*
Zarel: Suena como si fuera fácil decirlo… *lo sentí reírse pero, no estaba seguro si así fue* te deseo suerte, ese “ogro” de verdad está loco *dijo haciéndome sentir incomodo con su sobrenombre ya dado*

¿Me deseas suerte?, pues yo también me la deseo. Porque, por sorpresa cuando hablaba con él, yo temblaba, lo notaba en mis manos. No tengo idea de la razón. Era molesto. Me hacía pensar que muy dentro de mí, le temía furtivamente al Rey Fuego.

Humillante.

Zarel se levantó, me sorprendí un poco cuando lo hizo, luego me calmé al ver como miraba fijo hacia el camino en dirección al castillo. Se tardó cerca de unos 7 minutos así, después se colocó en frente mío, dándome una visión completa de todo su ser. A simple vista delgado, pero si te fijabas bien era algo robusto. Con “un peso ideal”, recuerdo que dijo la Doctora que lo peso la última vez.

Zarel: ¿Qué crees que dirán los medios?

Creo que lo miré con una mirada de fastidio claro, ya que él abrió esos orbes grises que cargaba.

Xevul: ¿Hablas de los de aquí o los del otro reino? *mi voz indicó inconsciente irritación con su pregunta*
Zarel: Yo hablaba de ambos *No podía evitar sentir su risa. Aún negaba su existencia, no quería pensar en mi propio sobrino burlándose de mí*
Xevul: No lo sé.

De nuevo, mi agobio y mi angustia volvieron, todo porque sabía que en algún momento debía levantarme e ir a enfrentarlo, el problema era que… no estaba muy asertivo de cómo solucionar todo lo que hice.

Expectativa: -Qkrenog Sun-

“Voy a destruir con cualquier cosa la mitad del planeta Antares (en especial la zona del Reino Agua) y vivir feliz por siempre”.

Eso llegó a mi mente como la mejor idea de la historia, pero pensándolo mejor, eso amenazaría con matarme también.

Así que la descarté.

Oye, un marica me golpeó. ¿Oh enserio, lo hizo? Si, lo hizo, pero de una manera muy marica, justo como lo que es... y lo voy a asesinar.

Ahí estaba yo, en el suelo, sangrando por la gran herida que alguien tan patético me había hecho. Era todo un escándalo, todos gritaban y se acercaban hacia mí, se veía muy borroso, parecía como si todo dará vueltas… estaba mareado. Después escuche a alguien pidiendo que se alejarán, me di cuenta que no podía respirar con tantas personas alrededor en ese instante, por ello cuando se apartaron noté un gran alivio para mis pulmones asfixiados.

Paramédicos me cargaron y me llevaron en una ambulancia con una alarma muy estresante, me hubiera gustado que la apagaran, sin embargo estaba inmóvil y con alguien familiar a mi lado. Shery.

Salí muy animado, como si nada me dirigí a mi fortaleza con solo un objetivo, matarlo. De una vez por todas, matarlo.

Andaba recorriendo frenéticamente por todo el castillo, dando órdenes de que atacaran la frontera con el Reino Agua, me hicieron caso, mi sobrina no dejaba de hablar que “¡Ay! ¡No lo hagas tío, no lo hagas!” ¡TZK! tonterías.



•Fui un tarado.

En ese momento, entonces, me deje llevar por la furia, insulté a personas que no lo merecían, por ejemplo, mi ahijada, a quien le indiqué que se callará, lo hice muy grosero. No escuchaba sus menciones, posibilidades y mediaciones que hubiese podido hacer con Xevul.•

Me encontraba en mi zona de trabajo, una amplia y rústica. Mirando hacia la gran ventana que tenía en mi oficina, veía como todas mis tropas estaban yendo al lugar donde yo les había indicado, el Imperio Agua, estaba sonriente, muy feliz de ver como el gran final de ese “pez frío” se estaba acercando.

Vi unos brillosos ojos miel viéndome a través de un pequeño espacio que había entre la puerta y el marco de esta. Expresaban decepción, no entendí porque sentí que me lastimó de una forma… irreal, luego vi entrar a la persona que los poseía. Quien me observaba era mi sobrina.

Qkrenog: ¿Qué quieres? *dije alarmado*
Shery: … *camino hacia mí, paso por paso, sentí estremecerse mi cuerpo un poco cada vez* supongo que solo quiero hablar.

Me molestó solo para hablar. Fantástico.

Qkrenog: ¿De qué quieres hablar? *dije aburrido por lo que iría a decir esta vez*
Shery: *se sentó en la silla que tenía en frente de mi escritorio. Pasaron segundos en donde nuestros ojos se estrecharon, hasta que dijo* ¿Estás cómodo?
Qkrenog: Sí. *dije claro*
Shery: Pues yo no.

Vi su mirada fría y cortante, jamás la había visto. Sus ojos siempre brillaban, pero esta vez, eran oscuros. Con sus orbes entrecerrados ella se quedó quieta, esperando respuesta.

Sonreí y le di la espalda para seguir viendo el gran espectáculo, los hombres se formaban tan velozmente que no pude evitar sentir mis músculos de la cara apretarse, estaba sonriendo, ja, como no hacerlo.

Shery: ¿¡Podrías dejar de ser tan terco!? *dijo con el ceño muy fruncido, se notó furia en la mitad de su oración*

Me volteé a verla, arqueé mis cejas, ¿me estaba retando? ¿Faltándome al respeto? ¿No seguía las reglas que yo ya había repetido como millones de veces? Imperdonable, merecía ser castigada. Y mientras más pronto, mejor.

Qkrenog: ¡¡A VER!! *di un golpe fuerte en la mesa y ella saltó en su silla del susto* ¡Baja tu tono de voz jovencita! Tú no eres nadie como para gritarme de esa forma *insinué molesto, apuntándola con mi dedo*
Shery: *calmó su cien y repentinamente sus labios secos se separaron* No comiences con estupideces *una ola de fuego vino desde debajo de mi dorso, alcanzando mi cabeza, cual estaba a punto de explotar*
Qkrenog: ¿Qué… dijiste? *dije amenazante*
Shery: ¡¿P-Porque te burlaste de él?! ¡¿Porque no lo ayudaste a levantarse?!! ¡DIME PORQUE!!! *se veía nerviosa, tartamudeaba y miraba a todos lados*
Qkrenog: ¡YA BASTA! *di un grito que retumbo por las paredes haciéndola callar de forma instantánea* Te lo repito, me estas sacando de mis casillas. Vete *señale la puerta* Vete antes de que me arrepienta *señalé nuevamente la puerta pero con más fuerza* ¡LARGO!

Escuché un gemido de su parte, sus ojos llorosos llenos de indignación me miraban fijamente, se mordió el labio, cabizbaja jadeo nuevamente. Luego se irguió con ímpetu, retomando una posición de determinación.

Shery: Pensaba que eras diferente… *su voz temblaba* eso pensaba… *se limpió sus lágrimas con su antebrazo* no entiendo que te sucede… n-no lo entiendo *me miró*
Qkrenog: Ya vete *dije suave debido a su estado*
Shery: Esto… esto no es lo que mi padre quería… *dijo señalando a mis hombres*
Qkrenog: Xevul me atacó primero, yo solo reaccione.
Shery: Eso no es del todo cierto *me extrañé* tú lo atacaste primero… *dijo dirigiendo su dedo hacia mí*
Qkrenog: Así que si lo quieres *dije entendido*
Shery: *su cara se torció* No tienes remedio *dijo al parecer ya calmada* …haz lo que quieras *dijo ya cerca de la puerta*
Qkrenog: ¿Qué?
Shery: *me volteó a ver con el ceño fruncido* Muy pronto, todo esto ya no existirá.
Qkrenog: Ay, por favor, no seas ridícula *dije molesto con lo dicho*
Shery: ¿Ridícula? ¿Yo? *dijo señalándose* Mira qué ironía, el único ridículo aquí eres tú. *Sentí un golpe en mi garganta* tu sabes de lo que hablo, tú lo sabes y lo ignoras, debido a ello eres ridículo *dijo indignada yéndose*

Ella está mal, nada de eso sucederá, yo tendré mi gran Imperio para mí solo, los demás, que se pudran en el infierno.

Expectativa: -3ra Persona-

En plena guerra, en pleno conflicto, el planeta Antares, se encontraba frío y desolado.

Dos reyes se habían lastimado gravemente, uno de forma física y el otro de forma emocional.

Llego un mensaje.

“El Consejo Unido del Reino Fuego y Agua les da un saludo a todos los que lean esta esquela.
Debido al incidente de esta tarde, se hará una reunión con el objetivo de hacer una mediación al respecto. El Reino Agua lamenta la actitud de su Rey Xevul Lofater.
Desde nuestras instalaciones, vimos a las armadas del Reino Fuego avanzar hasta el Reino Agua, los enviamos de vuelta a su base. El Rey Qkrenog Sun se lo considera inestable e irracional, hoy lo demostró, proclamando la Guerra hacia su aliado sin ningún parámetro convincente.
De acuerdo a todos estos datos procederemos a realizar la reunión, es obligatorio que los invitados asistan, en especial, los señores Xevul y Qkrenog.
El Consejo Unido

El Rey Sun recorría su habitación con furia, energúmeno lanzaba insultos a la nada, infamias hacia Xevul y el consejo retumbaban en su recamara.

Qkrenog se sentó en su cama, mirando lo que le rodeaba, respiraba con algo de dificultad. Su habitación era un punto donde solamente descansaba, no estaba mucho al corriente de lo que tenía allí, pero esta vez vio cada detalle, tenía una alfombra, él no lo sabía. Se sacó sus zapatos, sus calcetines los botó sin importancia, así sus pies sintieron la lana suave y cálida de la alfombra. Camino al balcón y miro los alrededores. La naturaleza frotaba y embellecía el castillo, el Rey Fuego ni se había dado cuenta de ello, lo había pasado por alto, todo… este tiempo. Sun, arremolinaba un hilo de dudas con respecto a sus propios argumentos, algo que no era muy común en él, pero eso sentía recorrer en su mente. Volvió a su cuarto y su mirada cayó sobre una mesita de noche, accedió a acariciar su parte posterior, el hombre sonrió cínico y se resignó a tomar un descanso.

Apartó el edredón marrón hacia un lado, se tendió encima de la cama y luego se abrigo con el mismísimo edredón que había lanzado hace un momento.

Cerró sus ojos y una sensación de calma se apoderó de su cuerpo.

O eso así era hasta que una incomprensible punzada atacó su pecho indefenso. Qkrenog se quejó fuertemente, se trataba de levantar, sin embargo no podía, el dolor lo apresó en su propia cama. Rompió su camiseta y buscó alguna herida causada por el incidente de esta tarde y ahí estaba. Una abertura inquietante brillaba en un tono azul, la imagen de Xevul apareció en su mente.

El dolor seguía, aumentaba, lo único que podía hacer era gritar y con suerte alguien llegaría a tiempo antes de que muriera.

Se escuchó pasos pesados correr, la leona dorada se apareció y se aproximó asombrada a su tío.

Shery: ¿¡Que está pasando!? *preguntó agitada*
Qkrenog: Mi… pecho… siento como si estuviera teniendo un infarto *dijo con sus ojos presionados, tratando de aguantar el dolor*
Shery: ¿Por qué esta brillando? ¿¡Qué es esto!?
Qkrenog: Fue Xevul *dijo rabioso* ¡HAZ ALGO YA!!

Shery sacó su celular y pronto se sumergió en él.

Qkrenog: ¿¡QUÉ COJONES HACES!? *exclamó con fastidio al pensar que la solución de su sobrina era navegar por internet…*
Shery: Llamo a Xevul *dijo sosteniendo el celular en su oído*
Qkrenog: ¿¡Tienes su teléfono!? *musitó celoso*
Shery: Acabo de conseguirlo por internet
Qkrenog: ¿¡Y para que lo llamas!? *grito con un gran enfado* ¡Ese “pez” quiere matarme, él no quiere que viva!
Shery: ¡Deja de ser tan prejuicioso! *indicó irritada* ¡Señor Xevul! *apartó su celular de su oído y vio al Rey Fuego en la pantalla*
Xevul: ¿Qué deseas? *dijo con serenidad*
Shery: ¡Algo malo sucede con mi tío! *dijo volteando la cámara hacia Fuego* ¡Tiene una herida extraña que brilla justo en donde se encuentra su corazón!

Qkrenog se sentía asqueado por ver a Xevul, aunque lo hacía por un video-llamada, pero de todos modos era molesto.

Xevul: ¡Qkrenog! *parecía preocupado, pero eso no convencía ni calmaba a el Rey Fuego* ¿Estás bien?
Qkrenog: ¿¡CÓMO CREES QUE ESTOY IMBÉCIL!? *dijo con una intensa mirada de odio* ¡¡ME ESTOY MURIENDO Y TODO POR TU CULPA!!!
Xevul: ¿Crees que yo te lo hice? *sonaba cansado*
Qkrenog: ¿¡QUIÉN MÁS PODRÍA SER, EH!!? *clamó retorcido*
Shery: ¡Ya deja de gritar! *dijo autoritaria*
Xevul: *suspiró* ¿Quieres que te ayude?
Qkrenog: No.
Shery: ¡Claro que sí! *dijo extrañada por su respuesta*
Xevul: Acerca tu mano con todo el poder de fuego a tu pecho *dijo con cuidado y cautela cada palabra*
Qkrenog: Me quieres matar… *tartamudeó con miedo*
Xevul: ¡Te admiro Qkrenog!, quiero aprender de ti… por lo tanto te quiero vivo, y por obvio tú también lo quieres así.
Shery: Hazlo tío, por favor.

Qkrenog tragó aire e hizo caso a las indicaciones de su aliado.

Él no lo podía creer pero la herida había desaparecido. Dio una risa nerviosa y luego miró hacia Xevul que estaba sonriendo aliviado. Se sentía raro, pero admiró también a su hija con lágrimas recorriendo sus ojos.

Algo lo inquietó, ¿Cómo sabía él la sanación de esa clase de herida? Se sintió pesado, enseguida procedió a preguntar.

Qkrenog: ¿Cómo sabías que era de hacer eso?
Xevul: A mí también me paso hace solo unos minutos… *dijo cabizbajo*
Shery: ¿Qué dijo? *preguntó sentándose a lado de su tío para poder ver y escuchar lo que decía el Rey Agua*
Xevul: Es el consumo de la discordia.
Qkrenog: ¿Cómo sabes eso?
Xevul: Lo leí en un libro, el libro de Melphramp es un libro de hace unos 1000 años, más o menos.
Qkrenog: ¿Melphramp?
Shery: ¿Qué es el consumo de la discordia? ¿Por qué salió esa cosa tan extraña? *dijo tratando de comprender*
Xevul: El ser esta siempre en conflicto con respecto al sufrimiento y la esperanza, nosotros dependemos de caer al lado correcto o equivocado. Así el consumo de la discordia sucede en el momento que tú alimentaste de forma abundante al sufrimiento con tus pensamientos u emociones banales, cada vez más te consumes en ese lado equivocado, de pronto aparece la herida, va creciendo el dolor por la susodicha, la única salvación es utilizar toda tu energía vital y contratacar la herida, si no lo haces, mueres y tu cuerpo se convierte en una criatura del demonio, mientras que tu alma simplemente, va hacia el vacío.
Qkrenog: Que tontería.
Shery: Es tan grande la tontería que acaba de pasarte a ti ¿no es así? *dijo sarcástica*
Qkrenog: *rueda los ojos* ¿Y qué? ¿Ahora debo alarmarme? ¿Debo ir a hacer un pacto con Melphramp para que no me castigue? *dijo burlándose*
Xevul: Debemos encontrar a los cuatro elementos *dijo firme*
Shery: ¿Los cuatro elementos?
Qkrenog: ¿Hablas de Aire, Fuego, Agua y Tierra? ¿Hablas de eso? ¿Eres tonto?
Shery: ¡Oye!
Xevul: Qkrenog *dijo tratando de controlarse* Melphramp es el nombre de la galaxia en la que Antares orbita, y Melphramp es la creadora de la misma, ella es una entidad poderosa, si existe, y esta galaxia se rige por sus reglas y parámetros, si no hacemos caso, estamos fuera. Además, los elementos de los que hablo, son algo parecido, estos elementos se llaman, Sanguíneo, Colérico, Melancólico y Flemático.

Sonaba ridículo en la cabeza de Qkrenog, absurdo a más no poder. La joven en cambio estaba sorprendida, imaginaba que solo existían dos elementos, además se encontraba embobada con la historia fantástica que el Rey Agua relató. Entonces si había cuatro elementos ¿Dónde estaban? ¿Por qué se las necesitaba? Todo  esto resultaba muy tenso para los tres, quienes aún hablaban.

Qkrenog: ¿Dónde están los elementos? *dijo algo interesado*
Shery: Ehm… usted y mi tío ¿acaso no son de por si los elementos Agua y Fuego? *cuestionó inquieta*
Xevul: Para nuestra mala suerte no, si no ya tendríamos un medio de la felicidad, paz, y bienestar mundial que deberíamos tener. Y bueno, según un estudio que hice hace un tiempo, todos están en… Mobius.
Shery: ¿Mobius? ¿Es una ciudad o…. no?
Qkrenog: Es uno de los planetas vecinos *habló llamando la atención de Xevul y Shery* Lo he visto desde el telescopio universal que tienen esos científicos de Fuego, también es unos de los exportadores de mis tamales de “Michle” favoritas *dijo recordando su sabor, esbozó una sonrisa*
Xevul: Tendrá que ir alguien de un bajo poder para no llamar la atención ni tampoco alarmar a los residentes *la joven de ojos miel se incorpora y entrega el celular a su tío* ¿Tienes a alguien así Qkrenog? Porque yo aunque más piense en todos mis conocidos no me acuerdo de alguien así…
Qkrenog: Mi sobrina tiene uno de los poderes más bajos en toda la familia Fuego *dijo observando a Shery*
Xevul: *abrió los ojos impactado* ¿E-En serio? ¿Crees que sea correcto enviarla?

La joven estaba de espaldas, cabizbaja, volteó a su tío y su mirada se veía triste, acongojada.

Qkrenog: Ella puede, no es tan débil como parece, nos sorprenderá a ambos ya lo veras
Shery: Tío, yo no creo que pueda… *dijo distanciándose un paso de Qkrenog*
Qkrenog: Te atreviste a gritarme, y no cediste a aceptar lo que decía, se podría llamarte rebelde, o podría llamarte alguien con pasión y esperanza a una pequeña posibilidad en cualquier parte.
Shery: *se la vuelta* ¿Estás seguro?
Qkrenog: *sonríe confiado y se fija de nuevo a Xevul* Esta acordado Xevul, mi hija ira en búsqueda de los mocosos.

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x.x Oh dios! ¡Pensé que nunca terminaría! D:
¡Aquí está tu capítulo pinshi Anuchas! ¡Tómalo y trágalo entero! Ojala y no te atranques porque esta grandote C: ¿Quién es Anuchas? ¿Ani? Mi amore pls! :’D Es ella con quien habló y quien siempre me pega cuando no publicó capítulo xDU por final diré que ya llegue por fin a donde quería llegar para después aparecer otras mamadas más chingonas :v! No sé si mi historia sea la gran cosa, bueno de hecho ni lo es porque ¡Por favor! Esto comparado con la cabrona historia de Goku y las esferas del dragón… mi mierdis no es na’! .^.


Así que los veré con un capítulo fresco como el pan en 18 días o menos! :D
¡Pásenla bien y sueñen con leones corriendo en un prado de rosas rosadas a lo bien marica! 8D!

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