martes, 27 de octubre de 2015

Capítulo 3: Búsqueda



La continuación shego, los lectores shegaron, o-o sho shegué .o.!
La función comienza.

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Expectativa: -Xevul Lofater-

Qué pasó…? ¿Qué acabo de hacer…? ¿Por qué…? Todo iba tan bien… y de la nada lo lastimé… no puedo creer que lo haya lastimado… exploté sin más… no lo puedo entender.

Solo teníamos que hacer una tonta caminata y ya… nada más.

Recuerdo perfectamente cómo pasó todo, el, todos… burlándose, yo en el suelo, pero, había otra opción para no terminar así y… ¿…no la tomé…? Que inmaduro.

Debería estarme golpeando ahora mismo contra una pared.

Estaba sentado en una piedra, en un lugar apartado y desolado, mi sobrino y yo nos encontrábamos espalda con espalda, pensando en silencio cómo fue que en solo un instante, lo arruinaría todo, yo solo.

Zarel: Creo que te sentiste muy ofendido como para reaccionar así *dijo, al parecer tratando de quebrantar el silencio que nos envolvía*.

Aun no entendía muy bien cómo era la forma actuar de Zarel, era alguien inexpresivo y de cierta forma, eso me asustaba. Era como si escondiera perfectamente cada una de sus emociones y pues, eso tampoco me inspiraba mucha confianza. A pesar de todo, confiaba en él. Yo le expresaba cariño por el cual, el me respondía con extrema cortesía o atención. Aunque de vez en cuando, no decía claramente lo que yo quería escuchar, pero así son las cosas aquí con todo el mundo ¿no?

Xevul: Un objeto de burla se siente como un objeto de burla *dije sin pensar, por cierto, muy tonto. Eh… ¿de que estábamos hablando?*
Zarel: *hizo un sonido pensativo* no creo que auto compadecerte ahora ayude mucho *Ah, ¿en serio? Como si yo no lo supiera*
Xevul: Agh… *expresé molesto, no estaba ayudando, no, no lo hacía*
Zarel: Supongo que… *me anticipé a ablandarme por lo que pudiese decir esta vez* nuestro destino será ser enemigos con el Reino Fuego hasta el fin ¿no lo crees?
Xevul: No, no lo creo *demostré irritación leve, que suerte para él* imaginó que tendré que ir a una reunión del consejo y tendré que…

Me trabe al visualizar a Qkrenog justo en frente mío con una cara enfurecida, por un momento con evidente y obvio fuego a su alrededor, como si se tratara de ver a un demonio en mi mente, sentí de nuevo esa sensación de vómito.

Zarel: ¿Tendrás que hacer que cosa? *cerró repentinamente mis pensamientos con su voz semi-grave de adolescente, su tono me pareció algo carrasposo y anormal*
Xevul: Tendré que estar cara a cara *murmuré* con Qkrenog, *dije alzando la voz para mostrar confianza* le explicaré la absurda razón de mi ridícula escena. Probablemente así todo esto se arregle *eso espero…*
Zarel: Suena como si fuera fácil decirlo… *lo sentí reírse pero, no estaba seguro si así fue* te deseo suerte, ese “ogro” de verdad está loco *dijo haciéndome sentir incomodo con su sobrenombre ya dado*

¿Me deseas suerte?, pues yo también me la deseo. Porque, por sorpresa cuando hablaba con él, yo temblaba, lo notaba en mis manos. No tengo idea de la razón. Era molesto. Me hacía pensar que muy dentro de mí, le temía furtivamente al Rey Fuego.

Humillante.

Zarel se levantó, me sorprendí un poco cuando lo hizo, luego me calmé al ver como miraba fijo hacia el camino en dirección al castillo. Se tardó cerca de unos 7 minutos así, después se colocó en frente mío, dándome una visión completa de todo su ser. A simple vista delgado, pero si te fijabas bien era algo robusto. Con “un peso ideal”, recuerdo que dijo la Doctora que lo peso la última vez.

Zarel: ¿Qué crees que dirán los medios?

Creo que lo miré con una mirada de fastidio claro, ya que él abrió esos orbes grises que cargaba.

Xevul: ¿Hablas de los de aquí o los del otro reino? *mi voz indicó inconsciente irritación con su pregunta*
Zarel: Yo hablaba de ambos *No podía evitar sentir su risa. Aún negaba su existencia, no quería pensar en mi propio sobrino burlándose de mí*
Xevul: No lo sé.

De nuevo, mi agobio y mi angustia volvieron, todo porque sabía que en algún momento debía levantarme e ir a enfrentarlo, el problema era que… no estaba muy asertivo de cómo solucionar todo lo que hice.

Expectativa: -Qkrenog Sun-

“Voy a destruir con cualquier cosa la mitad del planeta Antares (en especial la zona del Reino Agua) y vivir feliz por siempre”.

Eso llegó a mi mente como la mejor idea de la historia, pero pensándolo mejor, eso amenazaría con matarme también.

Así que la descarté.

Oye, un marica me golpeó. ¿Oh enserio, lo hizo? Si, lo hizo, pero de una manera muy marica, justo como lo que es... y lo voy a asesinar.

Ahí estaba yo, en el suelo, sangrando por la gran herida que alguien tan patético me había hecho. Era todo un escándalo, todos gritaban y se acercaban hacia mí, se veía muy borroso, parecía como si todo dará vueltas… estaba mareado. Después escuche a alguien pidiendo que se alejarán, me di cuenta que no podía respirar con tantas personas alrededor en ese instante, por ello cuando se apartaron noté un gran alivio para mis pulmones asfixiados.

Paramédicos me cargaron y me llevaron en una ambulancia con una alarma muy estresante, me hubiera gustado que la apagaran, sin embargo estaba inmóvil y con alguien familiar a mi lado. Shery.

Salí muy animado, como si nada me dirigí a mi fortaleza con solo un objetivo, matarlo. De una vez por todas, matarlo.

Andaba recorriendo frenéticamente por todo el castillo, dando órdenes de que atacaran la frontera con el Reino Agua, me hicieron caso, mi sobrina no dejaba de hablar que “¡Ay! ¡No lo hagas tío, no lo hagas!” ¡TZK! tonterías.



•Fui un tarado.

En ese momento, entonces, me deje llevar por la furia, insulté a personas que no lo merecían, por ejemplo, mi ahijada, a quien le indiqué que se callará, lo hice muy grosero. No escuchaba sus menciones, posibilidades y mediaciones que hubiese podido hacer con Xevul.•

Me encontraba en mi zona de trabajo, una amplia y rústica. Mirando hacia la gran ventana que tenía en mi oficina, veía como todas mis tropas estaban yendo al lugar donde yo les había indicado, el Imperio Agua, estaba sonriente, muy feliz de ver como el gran final de ese “pez frío” se estaba acercando.

Vi unos brillosos ojos miel viéndome a través de un pequeño espacio que había entre la puerta y el marco de esta. Expresaban decepción, no entendí porque sentí que me lastimó de una forma… irreal, luego vi entrar a la persona que los poseía. Quien me observaba era mi sobrina.

Qkrenog: ¿Qué quieres? *dije alarmado*
Shery: … *camino hacia mí, paso por paso, sentí estremecerse mi cuerpo un poco cada vez* supongo que solo quiero hablar.

Me molestó solo para hablar. Fantástico.

Qkrenog: ¿De qué quieres hablar? *dije aburrido por lo que iría a decir esta vez*
Shery: *se sentó en la silla que tenía en frente de mi escritorio. Pasaron segundos en donde nuestros ojos se estrecharon, hasta que dijo* ¿Estás cómodo?
Qkrenog: Sí. *dije claro*
Shery: Pues yo no.

Vi su mirada fría y cortante, jamás la había visto. Sus ojos siempre brillaban, pero esta vez, eran oscuros. Con sus orbes entrecerrados ella se quedó quieta, esperando respuesta.

Sonreí y le di la espalda para seguir viendo el gran espectáculo, los hombres se formaban tan velozmente que no pude evitar sentir mis músculos de la cara apretarse, estaba sonriendo, ja, como no hacerlo.

Shery: ¿¡Podrías dejar de ser tan terco!? *dijo con el ceño muy fruncido, se notó furia en la mitad de su oración*

Me volteé a verla, arqueé mis cejas, ¿me estaba retando? ¿Faltándome al respeto? ¿No seguía las reglas que yo ya había repetido como millones de veces? Imperdonable, merecía ser castigada. Y mientras más pronto, mejor.

Qkrenog: ¡¡A VER!! *di un golpe fuerte en la mesa y ella saltó en su silla del susto* ¡Baja tu tono de voz jovencita! Tú no eres nadie como para gritarme de esa forma *insinué molesto, apuntándola con mi dedo*
Shery: *calmó su cien y repentinamente sus labios secos se separaron* No comiences con estupideces *una ola de fuego vino desde debajo de mi dorso, alcanzando mi cabeza, cual estaba a punto de explotar*
Qkrenog: ¿Qué… dijiste? *dije amenazante*
Shery: ¡¿P-Porque te burlaste de él?! ¡¿Porque no lo ayudaste a levantarse?!! ¡DIME PORQUE!!! *se veía nerviosa, tartamudeaba y miraba a todos lados*
Qkrenog: ¡YA BASTA! *di un grito que retumbo por las paredes haciéndola callar de forma instantánea* Te lo repito, me estas sacando de mis casillas. Vete *señale la puerta* Vete antes de que me arrepienta *señalé nuevamente la puerta pero con más fuerza* ¡LARGO!

Escuché un gemido de su parte, sus ojos llorosos llenos de indignación me miraban fijamente, se mordió el labio, cabizbaja jadeo nuevamente. Luego se irguió con ímpetu, retomando una posición de determinación.

Shery: Pensaba que eras diferente… *su voz temblaba* eso pensaba… *se limpió sus lágrimas con su antebrazo* no entiendo que te sucede… n-no lo entiendo *me miró*
Qkrenog: Ya vete *dije suave debido a su estado*
Shery: Esto… esto no es lo que mi padre quería… *dijo señalando a mis hombres*
Qkrenog: Xevul me atacó primero, yo solo reaccione.
Shery: Eso no es del todo cierto *me extrañé* tú lo atacaste primero… *dijo dirigiendo su dedo hacia mí*
Qkrenog: Así que si lo quieres *dije entendido*
Shery: *su cara se torció* No tienes remedio *dijo al parecer ya calmada* …haz lo que quieras *dijo ya cerca de la puerta*
Qkrenog: ¿Qué?
Shery: *me volteó a ver con el ceño fruncido* Muy pronto, todo esto ya no existirá.
Qkrenog: Ay, por favor, no seas ridícula *dije molesto con lo dicho*
Shery: ¿Ridícula? ¿Yo? *dijo señalándose* Mira qué ironía, el único ridículo aquí eres tú. *Sentí un golpe en mi garganta* tu sabes de lo que hablo, tú lo sabes y lo ignoras, debido a ello eres ridículo *dijo indignada yéndose*

Ella está mal, nada de eso sucederá, yo tendré mi gran Imperio para mí solo, los demás, que se pudran en el infierno.

Expectativa: -3ra Persona-

En plena guerra, en pleno conflicto, el planeta Antares, se encontraba frío y desolado.

Dos reyes se habían lastimado gravemente, uno de forma física y el otro de forma emocional.

Llego un mensaje.

“El Consejo Unido del Reino Fuego y Agua les da un saludo a todos los que lean esta esquela.
Debido al incidente de esta tarde, se hará una reunión con el objetivo de hacer una mediación al respecto. El Reino Agua lamenta la actitud de su Rey Xevul Lofater.
Desde nuestras instalaciones, vimos a las armadas del Reino Fuego avanzar hasta el Reino Agua, los enviamos de vuelta a su base. El Rey Qkrenog Sun se lo considera inestable e irracional, hoy lo demostró, proclamando la Guerra hacia su aliado sin ningún parámetro convincente.
De acuerdo a todos estos datos procederemos a realizar la reunión, es obligatorio que los invitados asistan, en especial, los señores Xevul y Qkrenog.
El Consejo Unido

El Rey Sun recorría su habitación con furia, energúmeno lanzaba insultos a la nada, infamias hacia Xevul y el consejo retumbaban en su recamara.

Qkrenog se sentó en su cama, mirando lo que le rodeaba, respiraba con algo de dificultad. Su habitación era un punto donde solamente descansaba, no estaba mucho al corriente de lo que tenía allí, pero esta vez vio cada detalle, tenía una alfombra, él no lo sabía. Se sacó sus zapatos, sus calcetines los botó sin importancia, así sus pies sintieron la lana suave y cálida de la alfombra. Camino al balcón y miro los alrededores. La naturaleza frotaba y embellecía el castillo, el Rey Fuego ni se había dado cuenta de ello, lo había pasado por alto, todo… este tiempo. Sun, arremolinaba un hilo de dudas con respecto a sus propios argumentos, algo que no era muy común en él, pero eso sentía recorrer en su mente. Volvió a su cuarto y su mirada cayó sobre una mesita de noche, accedió a acariciar su parte posterior, el hombre sonrió cínico y se resignó a tomar un descanso.

Apartó el edredón marrón hacia un lado, se tendió encima de la cama y luego se abrigo con el mismísimo edredón que había lanzado hace un momento.

Cerró sus ojos y una sensación de calma se apoderó de su cuerpo.

O eso así era hasta que una incomprensible punzada atacó su pecho indefenso. Qkrenog se quejó fuertemente, se trataba de levantar, sin embargo no podía, el dolor lo apresó en su propia cama. Rompió su camiseta y buscó alguna herida causada por el incidente de esta tarde y ahí estaba. Una abertura inquietante brillaba en un tono azul, la imagen de Xevul apareció en su mente.

El dolor seguía, aumentaba, lo único que podía hacer era gritar y con suerte alguien llegaría a tiempo antes de que muriera.

Se escuchó pasos pesados correr, la leona dorada se apareció y se aproximó asombrada a su tío.

Shery: ¿¡Que está pasando!? *preguntó agitada*
Qkrenog: Mi… pecho… siento como si estuviera teniendo un infarto *dijo con sus ojos presionados, tratando de aguantar el dolor*
Shery: ¿Por qué esta brillando? ¿¡Qué es esto!?
Qkrenog: Fue Xevul *dijo rabioso* ¡HAZ ALGO YA!!

Shery sacó su celular y pronto se sumergió en él.

Qkrenog: ¿¡QUÉ COJONES HACES!? *exclamó con fastidio al pensar que la solución de su sobrina era navegar por internet…*
Shery: Llamo a Xevul *dijo sosteniendo el celular en su oído*
Qkrenog: ¿¡Tienes su teléfono!? *musitó celoso*
Shery: Acabo de conseguirlo por internet
Qkrenog: ¿¡Y para que lo llamas!? *grito con un gran enfado* ¡Ese “pez” quiere matarme, él no quiere que viva!
Shery: ¡Deja de ser tan prejuicioso! *indicó irritada* ¡Señor Xevul! *apartó su celular de su oído y vio al Rey Fuego en la pantalla*
Xevul: ¿Qué deseas? *dijo con serenidad*
Shery: ¡Algo malo sucede con mi tío! *dijo volteando la cámara hacia Fuego* ¡Tiene una herida extraña que brilla justo en donde se encuentra su corazón!

Qkrenog se sentía asqueado por ver a Xevul, aunque lo hacía por un video-llamada, pero de todos modos era molesto.

Xevul: ¡Qkrenog! *parecía preocupado, pero eso no convencía ni calmaba a el Rey Fuego* ¿Estás bien?
Qkrenog: ¿¡CÓMO CREES QUE ESTOY IMBÉCIL!? *dijo con una intensa mirada de odio* ¡¡ME ESTOY MURIENDO Y TODO POR TU CULPA!!!
Xevul: ¿Crees que yo te lo hice? *sonaba cansado*
Qkrenog: ¿¡QUIÉN MÁS PODRÍA SER, EH!!? *clamó retorcido*
Shery: ¡Ya deja de gritar! *dijo autoritaria*
Xevul: *suspiró* ¿Quieres que te ayude?
Qkrenog: No.
Shery: ¡Claro que sí! *dijo extrañada por su respuesta*
Xevul: Acerca tu mano con todo el poder de fuego a tu pecho *dijo con cuidado y cautela cada palabra*
Qkrenog: Me quieres matar… *tartamudeó con miedo*
Xevul: ¡Te admiro Qkrenog!, quiero aprender de ti… por lo tanto te quiero vivo, y por obvio tú también lo quieres así.
Shery: Hazlo tío, por favor.

Qkrenog tragó aire e hizo caso a las indicaciones de su aliado.

Él no lo podía creer pero la herida había desaparecido. Dio una risa nerviosa y luego miró hacia Xevul que estaba sonriendo aliviado. Se sentía raro, pero admiró también a su hija con lágrimas recorriendo sus ojos.

Algo lo inquietó, ¿Cómo sabía él la sanación de esa clase de herida? Se sintió pesado, enseguida procedió a preguntar.

Qkrenog: ¿Cómo sabías que era de hacer eso?
Xevul: A mí también me paso hace solo unos minutos… *dijo cabizbajo*
Shery: ¿Qué dijo? *preguntó sentándose a lado de su tío para poder ver y escuchar lo que decía el Rey Agua*
Xevul: Es el consumo de la discordia.
Qkrenog: ¿Cómo sabes eso?
Xevul: Lo leí en un libro, el libro de Melphramp es un libro de hace unos 1000 años, más o menos.
Qkrenog: ¿Melphramp?
Shery: ¿Qué es el consumo de la discordia? ¿Por qué salió esa cosa tan extraña? *dijo tratando de comprender*
Xevul: El ser esta siempre en conflicto con respecto al sufrimiento y la esperanza, nosotros dependemos de caer al lado correcto o equivocado. Así el consumo de la discordia sucede en el momento que tú alimentaste de forma abundante al sufrimiento con tus pensamientos u emociones banales, cada vez más te consumes en ese lado equivocado, de pronto aparece la herida, va creciendo el dolor por la susodicha, la única salvación es utilizar toda tu energía vital y contratacar la herida, si no lo haces, mueres y tu cuerpo se convierte en una criatura del demonio, mientras que tu alma simplemente, va hacia el vacío.
Qkrenog: Que tontería.
Shery: Es tan grande la tontería que acaba de pasarte a ti ¿no es así? *dijo sarcástica*
Qkrenog: *rueda los ojos* ¿Y qué? ¿Ahora debo alarmarme? ¿Debo ir a hacer un pacto con Melphramp para que no me castigue? *dijo burlándose*
Xevul: Debemos encontrar a los cuatro elementos *dijo firme*
Shery: ¿Los cuatro elementos?
Qkrenog: ¿Hablas de Aire, Fuego, Agua y Tierra? ¿Hablas de eso? ¿Eres tonto?
Shery: ¡Oye!
Xevul: Qkrenog *dijo tratando de controlarse* Melphramp es el nombre de la galaxia en la que Antares orbita, y Melphramp es la creadora de la misma, ella es una entidad poderosa, si existe, y esta galaxia se rige por sus reglas y parámetros, si no hacemos caso, estamos fuera. Además, los elementos de los que hablo, son algo parecido, estos elementos se llaman, Sanguíneo, Colérico, Melancólico y Flemático.

Sonaba ridículo en la cabeza de Qkrenog, absurdo a más no poder. La joven en cambio estaba sorprendida, imaginaba que solo existían dos elementos, además se encontraba embobada con la historia fantástica que el Rey Agua relató. Entonces si había cuatro elementos ¿Dónde estaban? ¿Por qué se las necesitaba? Todo  esto resultaba muy tenso para los tres, quienes aún hablaban.

Qkrenog: ¿Dónde están los elementos? *dijo algo interesado*
Shery: Ehm… usted y mi tío ¿acaso no son de por si los elementos Agua y Fuego? *cuestionó inquieta*
Xevul: Para nuestra mala suerte no, si no ya tendríamos un medio de la felicidad, paz, y bienestar mundial que deberíamos tener. Y bueno, según un estudio que hice hace un tiempo, todos están en… Mobius.
Shery: ¿Mobius? ¿Es una ciudad o…. no?
Qkrenog: Es uno de los planetas vecinos *habló llamando la atención de Xevul y Shery* Lo he visto desde el telescopio universal que tienen esos científicos de Fuego, también es unos de los exportadores de mis tamales de “Michle” favoritas *dijo recordando su sabor, esbozó una sonrisa*
Xevul: Tendrá que ir alguien de un bajo poder para no llamar la atención ni tampoco alarmar a los residentes *la joven de ojos miel se incorpora y entrega el celular a su tío* ¿Tienes a alguien así Qkrenog? Porque yo aunque más piense en todos mis conocidos no me acuerdo de alguien así…
Qkrenog: Mi sobrina tiene uno de los poderes más bajos en toda la familia Fuego *dijo observando a Shery*
Xevul: *abrió los ojos impactado* ¿E-En serio? ¿Crees que sea correcto enviarla?

La joven estaba de espaldas, cabizbaja, volteó a su tío y su mirada se veía triste, acongojada.

Qkrenog: Ella puede, no es tan débil como parece, nos sorprenderá a ambos ya lo veras
Shery: Tío, yo no creo que pueda… *dijo distanciándose un paso de Qkrenog*
Qkrenog: Te atreviste a gritarme, y no cediste a aceptar lo que decía, se podría llamarte rebelde, o podría llamarte alguien con pasión y esperanza a una pequeña posibilidad en cualquier parte.
Shery: *se la vuelta* ¿Estás seguro?
Qkrenog: *sonríe confiado y se fija de nuevo a Xevul* Esta acordado Xevul, mi hija ira en búsqueda de los mocosos.

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x.x Oh dios! ¡Pensé que nunca terminaría! D:
¡Aquí está tu capítulo pinshi Anuchas! ¡Tómalo y trágalo entero! Ojala y no te atranques porque esta grandote C: ¿Quién es Anuchas? ¿Ani? Mi amore pls! :’D Es ella con quien habló y quien siempre me pega cuando no publicó capítulo xDU por final diré que ya llegue por fin a donde quería llegar para después aparecer otras mamadas más chingonas :v! No sé si mi historia sea la gran cosa, bueno de hecho ni lo es porque ¡Por favor! Esto comparado con la cabrona historia de Goku y las esferas del dragón… mi mierdis no es na’! .^.


Así que los veré con un capítulo fresco como el pan en 18 días o menos! :D
¡Pásenla bien y sueñen con leones corriendo en un prado de rosas rosadas a lo bien marica! 8D!

sábado, 10 de octubre de 2015

Capítulo 2: Quebrantamiento

NARANANANANA NARANANANANA NARANANANANA NARANANANANA 
I think I just lost my husband
I don’t know where he went D:
So I’m gonna trick my money
I not gonna pay his rent (nope :v)
I got a brand new attitude
And I'm gonna wear it tonight BD
I'm gonna get in trouble
I want to start a fight eue
NARANANANANA
I want to start a fight >u<
NARANANANANA
I want to start a fight! XD!
No sabía cómo saludar en este cap c: así que la mejor opción para mí era simplemente poner esta pinshi canción de la cual me encanta y creo que sha estoy traumada xDU
Pinshi Pink y su “¿¡Entonces qué!?” ¬3¬
Bueno, dejando de lado todo lo anterior, sigo la historia tal y como se debe e3é
No sé si alguien además de mi Anuchas este leshendo esto, saben? :’D
Aunque creo que los lectores se animaran y leerán, obviamente, solo por pasatiempo -u-!
SHA! Mejor me dejo de weas y sha hago lo que tenga que hacer D:
Y es… escribir una historia para entretener y divertir.

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En el Reino Fuego, la mañana era asombrosamente tranquila, como siempre, con ese tono anaranjado característico de todos los días, aunque en ese planeta solo el día y la tarde existían, los habitantes cubrían bien sus casas para dormir.

¿Cómo saber cuándo dormir?

El tener un reloj personal (muy moderno por cierto) del cual te marque la hora de cuando debes descansar y cuanto de acuerdo a tu fisiología, es muy conveniente.

Por suerte, de vez en cuando, varios despiertan en una hora similar o parecida, todo depende de cómo fue su “día”. Eso, puede que no podría aplicarse del todo para Qkrenog y su sobrina, quienes con frecuencia, despertaban en un tiempo determinado y similar, eso, sí que les hacía carcajear.

Shery había abierto los ojos, cansada y algo desorientada, sola quedó recostada en la majestuosa cama que poseía.

La joven suspiro por un instante, un instante en el cual sus orbes se tornaban melancólicos, tristes y afligidos… al parecer ella no entendía porque, el despertar cada día para ella era un desconsuelo. “No tengo los poderes que debiese tener, no… no los tengo… no puedo crear ni siquiera una pequeña llama… no… no puedo… solo logro crear un tonto calorcito agradable al tacto y nada más, si, solo eso… para mí miserable alma… aquí mismo…”.

Experimentó varias veces con su poder, pensando que podría encontrar algo que la haga valer en la familia, algo… algo… pero era inútil, no podía quemar ni una pluma, nada.

Los minutos pasaron mientras esta suspiraba melancólica, a pesar de ello la pequeña después de 20 minutos se levantó floja, sumamente haragana, vagó por los pasillos del castillo, en busca de comida según ella. Por final, llegó a su deseado destino.

Encontró a su tío leyendo el periódico con una sonrisa muy satisfactoria en su rostro, repentinamente la chica se acordó de la petición de Qkrenog hacia Xevul… “Habla bien sobre mí y haremos el trato” tomando en cuenta eso, pensó que talvez tal acción anterior de amabilidad, había dado frutos de forma instantánea, lo cual sí que la alegro. No solo por verlo feliz, sino que este podría ser un comienzo de paz entre estos dos “tontos”.

La joven se acercó lentamente a la cafetera, “cogió un vaso y regó algo de cocaína líquida en él”, lo hacía mientras el otro la observaba con una sonrisa burlona en su rostro.

Qkrenog: ¿Sigues con sueño? *mencionó sonriente*
Shery: *bebe un poco y lo mira* Sí *rueda los ojos con una leve sonrisa*
Qkrenog: *ríe* ¿Acaso dormiste tarde? Te ves ojerosa *dobla el periódico*
Shery: *deja la taza sobre la mesa y estira los brazos* Estuve en línea, hablando con un amigo.
Qkrenog: *torció su sonrisa y volteó su mirada* Ja, amigo.
Shery: *lo queda mirando* Oye, es amigo, ya que me hace reír. Y me divierto mucho con él, aunque sea a distancia.
Qkrenog: Muy bien, no me des más, ya entendí.
Shery: ¡Ay! ¡Mira que celoso! *dijo bromeando*
Qkrenog: Puede hacerte daño *voltea a mirarla serio*
Shery: No… es buena persona, muy amable. No te preocupes tanto, en serio me agrada *dijo dulce*
Qkrenog: *suspira* Muy bien.
Shery: *ríe* Ay, Qkren…

En el Reino Agua no estaba tan tranquilo como el Reino Fuego, el rey Xevul rondaba por la sala de trono pensando desesperado y profundamente, trataba de relacionar todas las pistas que habían encontrado los detectives, pero no lo logró, no existía vínculo alguno, todo estaba tan revuelto que la cabeza del rey casi explotó de tanto pensar.

Y pues, su sobrino Zarel estaba en un ánimo contrastado; totalmente tranquilo, observaba como su tío caminaba frenético de un lado para otro.

Podría considerarse a este joven como alguien frío y calmado, también cortes y cuidadoso, aunque para muchos se veía sumamente sospechoso, su tío le tenía mucha confianza, tanto que un día le encargo el castillo.

En resumen, Zarel solo miraba su estresado tío, mientras que el susodicho seguía analizando lo más que podía todos esos absurdos y minuciosos resultados.

Zarel: ¿Por qué sigues intentándolo? Probablemente te fundirás el cerebro *repentinamente lo mira su tío ofendido* Es decir… cualquiera lo haría, no tiene ningún sentido, sería bueno que te detengas, deberías dejar de entristecerte el día.
Xevul: *hace un gesto de molestia* Ay, Zarel… *pasa su mano por su cara* me preocupa tanto… todo esto *dice mientras se coloca en su silla, cabizbajo*
Zarel: Lo sé pero no debes dejar que esto te consuma.
Xevul: *sonríe levemente* Tienes razón *mira su entorno* no debo dejarme ganar por la adversidad… *suspira* Eh… Zarel, no me has contado como les ha ido a tus hermanas en su viaje a Mobius *lo mira de reojo*
Zarel: Ah, es que lo olvidé *le contestó exasperado y nervioso, aunque en realidad… no lo hacía notar*
Xevul: ¿Si has hablado con Yukiko y Treil, verdad? Estoy ansioso porque vuelvan…

Zarel era un tipo que normalmente era inexpresivo, sobretodo de forma facial, gracias a su inexpresividad, logró mostrarse tranquilo a pesar de estar angustiado. Y todo por sus hermanas que no enviaron ningún mensaje por todas esas semanas que estuvieron fuera.
El joven decidió mentir a su estresado tío.

Zarel: Volverán pronto, también están ansiosas por verte *musitó*
Xevul: ¿En serio? *dijo sorprendido*
Zarel: Claro, eres su tío favorito.
Xevul: *ríe* Je… además de ser su único tío ¿no?
Zarel: Te admiran mucho, no te preocupes.
Xevul: *lo mira y sonríe* Gracias.
Zarel: *le devuelve el gesto* Por nada.

Xevul miró hacia otro lado y rió por un buen rato, algo que incomodó a Zarel.

Zarel: Oye, dime el chiste para reírme contigo, no me dejes tan intrigado.

Insinuó tratando de encontrar una explicación para tal extraña actitud, de la cual su tío lo miro fijamente con una contemplación algo desconcertante para el muchacho: un miramiento que realmente lo hacía titubear, por ser tan profundo y fijo hacia su persona, de hecho, interpretó la burla como si se tratara específicamente de él.

Luego de unos segundos el hombre dejó de mirarlo, entrecerró sus ojos y dirigió su mirada hacia otra parte, hasta que finalmente, aclaró.

Xevul: ¿Tú qué opinas de la sobrina del Rey Fuego? *dijo rápido*
Zarel: ¿Qué? *preguntó exaltado*
Xevul: Es atractiva ¿no? *dijo suave*
Zarel: ¿Te interesa? *casi tartamudeó*
Xevul: *lo mira de nuevo* No *dice extrañado y sonriente* La mencionó por ti… ¿Te interesa Zarel?

El joven se estremeció al escuchar esa pregunta, ya que, de forma personal, por lo que parece… trataba de no fijarse mucho en su género opuesto, debido a la razón de que con frecuencia este miraba por accidente derecho a las zonas sexuales, y eso lo apenaba, así que… él no sabía responder ya que no la había observado bien, porque no quiso. Por lo tanto, fue sincero y también trato de demostrar desinterés.

Zarel: no me he fijado mucho en ella, la verdad no me llama mucho la atención.
Xevul: *se pone cómodo* se ve de buen carácter… la notó amigable y algo… *se quedó pensando por varios segundos* bueno, no sé, algo extraño pero lindo, ¿sabes? Es una gran oportunidad.
Zarel: Lo siento, pero no.
Xevul: ¿Ni siquiera te interesa su cuerpo? *soltó de la nada*

La insinuación de su tío lo hizo temblar, no sabía que responder… pero tenía que decir algo, todo para mantener su talante desinteresado.

Zarel: no, no le he visto.
Xevul: tiene unas grandes caderas *dijo en susurros* si es que te interesa, probablemente no habría ningún problema con tu siguiente sucesor *aguantando la risa*
Zarel: ¿Y eso que? *dijo áspero*
Xevul: *suspira* Así que no te interesa… * dilucidó decepcionado*

Entendió el mensaje, el de 30 se tornó triste y vacío. Eso impresionó al joven, además lo hizo sospechar en que tramaba su tío.

La mañana pasa y la tarde llega, al igual que el desayuno llegó, y el medio día comienza con una orden llamativa del consejo.

“Dad un paseo presidencial, para demostrar vuestra neta alianza” fue la dirección que dieron, algo que de por sí, sorprendió a ambos reyes, sin embargo, ambos de igual manera, decidieron aceptar tal extravagante petición.

Los dos familiares Sun se encontraban cerca de la puerta principal, Qkrenog con un portafolio y acomodando varios papeles en él, mientras que Shery lo seguía sin más.

Shery: *caminando vaga por el pasillo de la puerta principal* No quiero ir *dijo con un tono enfermo*
Qkrenog: Entonces no vayas *mencionó hostil*
Shery: ¡Hey! *Reclamó* No es para que me trates así *con el ceño semi-fruncido*
Qkrenog: *Volteó hacia ella con unos ojos marrones poderosos y dijo frío* Si quieres quedarte hazlo *volvió con su portafolio* estoy formando parte de un cambio colosal, debo ir, no debo faltar, no debo…

Tales palabras la impactaron un poco, la hicieron pensar, pensar que su tío parecía estar entusiasmado, emocionado, feliz, ansioso y de cierta forma, agobiado, no entendía por qué pero ese sentimiento era uno de los más fuertes que el emanaba. Shery se acercó a él y posó su brazo izquierdo, muy pacífica, esperando parecer y ser comprensiva.

Shery: Te acompañaré *dijo mirándolo de reojo* ¿Puedes esperar un momento? Solo necesito cambiarme.
Qkrenog: Diez minutos.
Shery: Estaré en cinco *dijo con una sonrisa de superioridad mientras se dirigía a su cuarto*

La tarde avanzaba, los familiares Sun ya se dirigían en un extravagante auto hacia la plaza de la capital del Reino Fuego, el lugar acordado entre ambos reyes. También los familiares Lofater se aproximaban cada vez más al punto de reunión. Tranquilamente ellos iban en un auto sobrio y elegante.

La plaza se encontraba húmeda por la lluvia, con varios charcos alrededor, esta plaza era una construida por ladrillos grises, los más agrietados y desnivelados se encontraban en el centro de la plaza pero a pesar de todo ese lugar seguía viéndose muy tranquilizante y conmovedor para la joven. El punto estaba lleno de individuos, que esperaban a ver por fin, como estos dos reinos mostrarían una estrecha alianza.

Después de tantos siglos, después de tantas guerras que casi amenazaron con acabar con la propia existencia del planeta, finalmente aparecieron dos personajes decididos a cambiar ese casi inevitable destino, Qkrenog Sun y Xevul Lofater, los grandes reyes del siglo.

Aunque parecían ser de por si diferentes, ellos parecían tener algún tipo de conexión, algo en común, un pequeño rayo de esperanza que indicaba que todo esto podría funcionar muy bien.

La familia Lofater llegó y bajaron del coche, cuando Zarel bajó, este estaba buscando algo o alguien, tanto lo hizo notar que produjo curiosidad a su tío quien lo miraba atento, miraba inquieto a todas partes, hasta que, su tan crónica movilidad dejo de actuar justo cuando el auto de la familia Sun llegó.

Xevul sonrió travieso, mientras miraba como su sobrino estudiaba con mucha atención a la sobrina del Rey Fuego, de repente notó como si los hombros de Zarel se encogieron un poco al igual que su cabeza. Inesperado, el Rey Agua tuvo que recibir una queja de parte de su sobrino.

Zarel: Eres un mentiroso *sonaba molesto*

Xevul se quedó unos segundos pensando en de que estaba hablando hasta que respondió.

Xevul: ¿Mentí?
Zarel: Sus caderas son normales *señaló con algo de discreción a la muchacha ya anteriormente mencionada* no son para nada grandes *dijo con algo de histeria*

El treintañero rió, no para hacer sentir mal a su familiar, si no que enseñó una sonrisa muy amigable y algo burlón, optó por acercársele y recargar su antebrazo en su espalda. Durante su risa el otro le quedaba viendo con un cierto desagrado.

Xevul: Estaba... *ríe ligeramente* lo de antes… *retomando la postura* Ay… *dijo estirándose* lo de antes era solo una broma *dio una corta risilla* así que… sí te interesa *miro afable al otro*

Zarel abrió su boca, con su rostro sorprendentemente rojo lleno de furia y vergüenza, pero antes de decir algo, la voz del “ogro de fuego” se abalanzó.

Qkrenog: ¿Qué tal, Xevul? *extendió su brazo proponiendo un apretón de manos*
Xevul: Estoy muy bien Qkrenog, me alegro de estar con usted en un día tan especial como este *dijo después de aceptar el apretón*
Qkrenog: Igualmente Xevul *dijo cómodo mientras miraba de reojo a las cámaras que rápidamente se acercaban* De acuerdo a lo acordado, debemos dar un paseo por toda la zona que ocupa la plaza y si gustas podemos almorzar en algún restaurante junto a nuestros acompañantes *propuso maravillosamente gentil*
Xevul: Por supuesto *dijo notando que un gentío ya estaba a solo un metro de radio de ellos*

Antes de que la gran estampida llegue, Qkrenog ágilmente agarró a su sobrina por la mano y la apegó a él, en cambio Xevul tomó a su sobrino por medio de un suave semi-abrazo.

Varios Periodistas: ¡Señor Xevul, Señor Xevul!
Presentador 1: ¿Cómo se siente visitando el Reino Fuego? *dijo después de unos segundos de admiración por parte de los otros*
Xevul: Me siento encantado, este reino es muy hermoso y cálido, algo a lo que no puedo evitar admirar *mencionó con una sonrisa sincera fijando su mirada hacia Qkrenog*
Periodista 1: Rey Qkrenog, ¿Cómo se siente con el Rey Agua por primera vez transitando por su reino?

Por un momento, a Qkrenog le pareció escuchar un jadeo pequeño de risa.

Qkrenog: *mira hacia los lados algo exaltado* Me siento… *suspiró cansado y luego sonrió abiertamente* muy emocionado, feliz, por todo este gran cambio. ¡Por primera vez señores *dijo levantando la voz entusiasmado* después de tanto tiempo veremos como toda nuestra “casa” cambiará y evolucionará, a un planeta mucho más equilibrado!

La multitud se fascinó y apoyó la animosidad de Qkrenog con aplausos y silbidos. Las preguntas siguieron hasta que llegó un punto donde los dos reyes dijeron que basta y se dirigieron a la vuelta de comercio que tenía esa gran plaza, acompañados por guarda-espaldas a su alrededor y un montón de personas alrededor de estos que intentaban con todo el esmero poder acercarse, hacer otra de las preguntas era lo que soñaba esas personas.

Xevul: Su reino es muy admirable Qkrenog.
Qkrenog: Y eso que solo haz visto esta plaza *dijo con un claro orgullo*
Shery: Seguro y su reino también tiene montones de lugares hermosos como este, señor Xevul *interrumpió dulce*
Xevul: *se detuvo, haciendo que los demás se detuvieran* En conclusión, nuestro mundo es maravilloso *dijo con sentimiento* ningún reino es mejor que el otro, ninguno es perfecto, ni nadie es perfecto, pero no creo que debamos estar tristes por ello sino que, siempre tratar de ser mejores, cada vez… más.

Qkrenog observaba con cuidadosa cautela todos los gestos y movimientos de Xevul, ¿Por qué? Aun no confiaba del todo en él, seguía siendo misterioso, seguía siendo alguien desconocido, alguien que en cualquier momento que pases inadvertido, te atacaría sin pensarlo dos veces.

El Rey Fuego bufó con lo que expresó Xevul, el otro lo miro muy interesado en lo que pudiese decir esta vez.

Qkrenog: Por lo que veo, parece que hoy estas de muy buen humor, dime, ¿a qué se debe? *arqueó una de sus cejas marrones*
Xevul: Nuestros reinos por fin se unen *dijo llegando al grano* ya no habrá conflictos entre nosotros *concluyó su argumento, conciso y frío hacia Fuego*
Qkrenog: Buen punto Xevul *dijo reconociendo al otro* pero si es que existe un reino más bueno que el otro, es el mío *lo miró con unos ojos vertiginosos*

Xevul sintió sus manos temblar, se tornó nervioso, rematado, pero decidió seguir caminando, con paso apresurado, los demás le siguieron.

El Rey Agua… resbaló, se quedó atónito, mirando con sorpresa como Qkrenog se estaba riendo escandalosamente de él.

Qkrenog: ¡Mira qué bien! *dijo divertido* ¡El “pez frío” se ahogó en su propio estanque!

Agua no entendía lo que sucedía, aun tardaba en comprenderlo, después de unos segundos se dio cuenta que había caído en un charco, varios camarógrafos lo grababan en su estado, estaba empapado y todos a su alrededor, se estaban riendo de él, excepto Shery y Zarel.

Las risas pasaron en su mente como bombas que cada vez hacían crecer a otra bomba más grande, “la bomba de la furia”. Había finalizado su activación cuando Xevul miro a Qkrenog, descarado y cínico.

Y lo hizo.

El Rey Agua se impulsó con fuerza y rapidez hacia arriba, se incorporó en sus dos piernas, miró con un intenso odio al líder. Formando una masa de agua en sus manos la dirigió como chuchillas hacia el que se bufaba sin parar, este, cayó repentinamente al suelo.

Todos se quedaron secos, dos cortadas donde salía sangre aparecieron de la nada.

Los ojos rápidos del Rey Fuego se dirigieron al ser de enfrente. Se veía pálido y esos ojos azules… parecían vacíos.

Fuego no se quedó atrás.

Qkrenog: Maldito idiota, *dijo frenético intentando pararse* ¿¡Cómo te atreves imbécil!? *gritó más fuerte y con un tono claro de cólera*

Se levantó, y una llamarada grande de fuego se dirigió a este, pero algo lo disipó.

Zarel estaba delante de su tío con una mano alzada.

Zarel: Ya deténgase señor *dijo con firmeza*
Qkrenog: Ningún niño… *exclamó ronco tratando de no caer* me va a ordenar que hacer… ni menos un marica *hizo una señal con sus manos* ¡Arréstenlos!
Shery: ¡Tío no! *sorprendida le protestó entre la multitud*

Los guardias de fuego se acercaron rápidamente a los seres de agua, el rey Xevul estaba acorralado, atrapado, asustado, quería vomitar, desaparecer, irse ya.

Agarró a su sobrino por el estómago, formó un campo de agua alrededor de ellos y voló.

El lanzamiento, perturbó la estabilidad de todos los que se encontraban allí.

Hubo un quebrantamiento de alianzas.


Zarel y Xevul escaparon.



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¿Qué puedo decir? Hm… talvez que… no cumplo mis promesas y es mejor que no haga ninguna hacia ninguna persona, solo conmigo misma, porque de cierta manera así talvez esto funcionaría… c:
En devolución di 900 palabras más de las que debía dar, tal vez a nadie le interese pero esto me está gustando, me agrada como está cambiando cada vez más mi forma de escribir aunque aún todavía no soy una de las mejores, de igual forma me gusta lo que hago y eso cuenta, no me detendré ni acabaré con mi mundo, ya que esto forma parte de mi claro crecimiento y madurez.