.•Emilia Miles•.
Café por la
noche, un libro nuevo, nada que hacer… suena ciertamente bien, pero eso era
agobiante para mí.
La primera vez en la cual me
sentí mal solo por leer un libro, ¿que… me hacía… sentir así…? talvez “el deseo
de hacer algo importante”…en esa noche mi pequeño berrinche pudo verse muy
exagerado. Aunque también se debía a que en la comisaria, aun no resolvíamos
quien era el causante de tantos asesinatos, debido a que nadie lo veía porque
se ocultaba, y si se acercaban corrían grave riesgo con el asesino.
He pasado inadvertido y hasta
anónimo pero soy Parlaq Mellow y trabajo como asistente del detective Nisphal
Marshall.
¿Te suena ese nombre? ¿No verdad? Marshall era
muy poco conocido… por lo tanto yo casi ni existía, aunque tenía que reconocer
que éramos principiantes. De esa forma puede demostrarse como me importaba ser
reconocido, tengo que admitir que me aterraba la idea de morir sin hacer algo por
el bien de los demás.
Pensé en renunciar, pero me
percate de que solo estaba siendo egoísta.
Esa noche tan desesperante cambio
totalmente cuando me asome por la ventana y vi una silueta muy extraña, parecía
una persona arrastrando otra sombra mucho más grande que esta, ese detalle fue
el que más me impactó.
Esa forma se fue alejando de mi
campo de visión, me puse muy ansioso, por suerte tenía la ropa de la tarde
puesta.
Me apresure saliendo de mi casa,
estaba ya en la calle donde vi a la silueta, ya no la veía, mire hacia todos
los lados… no la encontraba hasta que observe algo moverse en el fondo de la
vía.
Trate de ocultarme en una parte
oscura, pero era en vano, al parecer esa persona ya me había visto antes que yo
a él, ya que cada vez que me movía, esta sombra también lo hacía.
Intentaba acercarme pero no pude,
de repente perdí la silueta. Me angustie mucho, pensé que seguramente se había ido
por lo que opte por acercarme rápidamente por donde se fue, gran error.
Por un instante sentí una ráfaga
de viento encima de mí, enseguida di un paso apresurado, de forma que esquive
tal golpe de lo que parecía ser un hombre, un hombre… no estaba seguro pero,
ocultaba su rostro con una capucha del cual solo llegaba a ver unos labios
pálidos y delgados.
El ente se quedó quieto, alejado
de mi este sostenía una barra de metal en sus manos. La contextura de ese
hombre se veía delgada, pero aun no veía algún rastro que me verificara quien
era.
El encapuchado nuevamente intento
golpearme, de nuevo lo esquive, pero este golpe fue más fuerte que el anterior,
eso lo pude notar con el casi quebrantamiento del tubo contra el suelo, me
quede seco, estaba exaltado y emocionado.
No tenía más que utilizar una
técnica de arresto, sí, eso pensaba hacer, arrestarlo, debido a que este sujeto
se veía muy profesional en el oficio de asesino.
Estábamos alejados, empecé a
acercarme, el de capucha seguía lanzando golpes, por un momento escuché un
jadeo, uno masculino, una vez mas no dude en que fuese tal hombre, yo, hacia todo
lo posible para esquivar sus golpes, eran algo rápidos aunque muy potentes,
lograba mi objetivo.
Me abalancé sobre el hombre, cuando nos impactamos contra el suelo hice
que se golpease la cabeza, lo deje inconsciente, justo eso quería.
Antes que nada, por unos segundos
me imagine que se levantaría y me golpearía, por lo que fui veloz al colocarle
las esposas que me cargaba.
Era el momento de la verdad, iba
a ver al posible autor de esos tantos asesinatos, desenmascararía por fin a la
persona que me hacía tener tantas angustias. De pronto lo vi claramente.
Por sus rasgos muy finos parecía como si fuesen de una chica. No me lo
podía creer… toque sus hombros y note que utilizaba un traje de jugador de
futbol americano, por lo que hacía que esa contextura pareciese gruesa.
La fuerza jamás la explique,
talvez un entrenamiento muy duro para cualquiera.
De forma breve diré que esta
mujer se llama Emilia Miles, es de un largo y lacio cabello negro azulado,
tiene una tez blanca pálida, dicen que su carácter es violento y fuerte.
Con el detective Nisphal Marshall
seguimos el proceso. Ella iba a ser condenada a muerte, sin embargo, debido a
un diagnostico se demostraba que todos esos asesinatos los hacía bajo efectos
de la droga, dijo que intentaba de tal adicción por sus consecuencias, pero al
final nunca pudo. Su adicción no la libro de cumplir su condena y fue enviada a
una cárcel.
Sigue viva y aunque todos esperan
que muera, yo espero que mejore, porque gracias a ella, me dedique más en mi
labor.
por Kim Guerra
Holo c: es algo breve y simple... es algo que hice en mi cole y pues se los muestro para que puedan opinar algo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario